Artesanía

Artesanía

Santa María de Guía es un municipio de referencia al hablar de artesanía, pues históricamente ha destacado en el número de artesanos y en la variedad y riqueza de su producción. De entre todas las artesanías destacan la elaboración de cuchillos canarios, de los cuales se considera Guía como su cuna, y la talla de la madera. Pero también son reconocidos en nuestro municipio otros productos artesanos como la alfarería de Hoya de Pineda, los dulces típicos de Guía y, como no, el famoso Queso de Flor.

 

 


El cuchillo canario es sin duda la pieza de artesanía más reconocida de Guía. Estos cuchillos eran originariamente utilizados como herramienta por pastores y agricultores y destacan por el artesonado del cabo, elaborado con cuerno de cabra, oro y/o plata, entre otros metales y formando diferentes patrones decorativos; ya sean motivos geométricos en los cuchillos conocidos como de costa, originarios del barrio de San Felipe o florales popularizados por cuchilleros del casco. Su uso se extendió, sobre todo, en los cultivos de plátanos, a partir de mediados del siglo XIX, (de ahí que se le llame también naife – del vocablo inglés “knife”, pues estos cultivos eran en su mayoría propiedad de ingleses).

Otra de las artesanías más populares y tradicionales de nuestro municipio es la relacionada con la talla de la madera. Esta artesanía, derivada del oficio de carpintero y ebanista, también se hizo popular en el siglo XIX cuando, con la llegada de muebles fabricados de manera industrial, estos artesanos se vieron obligados a reconvertir su actividad para dedicarse a la decoración de la superficie de los muebles y otros elementos de madera como cajas, joyeros, arcones, talleros, etc. Estas decoraciones se hacían siguiendo técnicas que se hicieron distintivas en el archipiégo como "picadillo canario" y que destacan por la profundidad, que favorece la decoración con dibujos de aristas vivas y relieves en formas geométricas.

También la alfaería ha tenido importante relevancia en Santa María de Guía, sobre todo en el pago de Hoya Pineda, importante centro locero desde siglo XIX en que se instalaron aquí alfareros venidos de otras zonas, si bien hay indicios de la presencia de la misma desde los prieros tiempos del poblamiento aborigen. En su entorno se encuentran todos los elementos necesarios para su elaboración: desde las barreras donde extraer la arcilla, hasta el almagre para su decoración y la leña necesaria para su cocción. De Hoya Pineda son reconocidas varias familias de alfareros dedicadas a la elaboración de la alfarería tradicional canaria al modo de nuestros aborígenes, sin torno y con la misma estética. Estas piezas de alfarería o loza eran utilizadas como utensilios domésticos (calderos, recipientes para guardar agua o alimentos o vajilla), sin embargo hoy día han dejado de ser un elemento funcional para convertirse en una obra de arte y manifestación cultural del pueblo canario.

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